La primera vez que escuché Pink Floyd fue Wish You Were Here. Mi papá la tocaba y cantaba para mi tío, que ya se había ido. Él partió hace mucho tiempo, pero sigo escuchando su música, dejando que cada canción abra mi mente y mi corazón. Solo sé una cosa: desearía que todos estuvieran aquí, aquellos a quienes amo y que ya no están. Un simple “gracias” jamás bastará, Pink Floyd, pero lo digo igual: gracias por acompañarme en ese recuerdo con quienes amo.